Borró una vez más las palabras que aflojaban sin querer de su mente, esto no era lo que necesitaba expresar, tenía que pretender y luchar con esos sentimientos. Se había pasado el día completo en una constante pelea con ella misma. Dijo que lo ignoraría, que le diría a su cabeza que él no importaba, que en verdad no lo necesitaba. Luego de 7 horas seguidas de intentos fallidos sentía como poco a poco se rendía. Y otra vez sus hombros caían abatidos, sus manos rozaban la porosa alfombra de su habitación, ya sentía como lentamente se quedaba sin aire. Debía ingeniar pronto un plan para escabullir de esos sentimientos, no podía volver a sentir ese gran nudo constante en su garganta, debía por sobretodo sonreír, pretender, susurrarle cuentos a su mente y lo más difícil de todo...a su corazón. - En verdad no me importa, no me importa... no me importa - repetía en silencio, y cada "no me importa" adelgazaba su voz al punto de no ser escuchada ni por ella misma. Se levantó rápidamente del suelo y dando un gran respiro entrecortado, se tragó su llanto, frotó fuertemente sus ojos y dando unos pequeños golpes en su sien intentó "apagarse" por un momento...
1 comentario:
Y dale con interpretarme. Qué triste es, sobretodo cuando parece que nos gana la angustia, que nos lleva, que nos puede...
Publicar un comentario